Paraíso (2009), de Héctor Gálvez, Octubre (2010), de Daniel y Diego Vega, Las malas intenciones (2011), de Rosario García Montero, Casadentro (2012), de Joanna Lombardi, no hicieron más que confirmar la existencia de un nuevo cine peruano. Nuevas historias y nuevas formas de contarlas. Todas estas cintas llegaron a las salas de estreno y salieron de allí en cuestión de días. Si había un nuevo cine peruano, el público ni se enteró.
En paralelo a los avatares del cine peruano “oficialmente reconocido”, empezaron a abrirse espacios alternativos, nuevos frentes para la creación artística. La democratización del cine, gracias a la tecnología digital, empezó a rendir sus primeros frutos. Por un lado estaba el surgimiento de un cine peruano independiente, producido al margen de los concursos del estado, sin apoyo de la empresa privada, excluido de los multicines. Películas hechas en cuestión de días, con la ayuda de amigos, sin ningún dinero. Estos realizadores de culto eran jóvenes que no tenían vínculos con la “gran familia del cine peruano”, perfectos outsiders. Sus primeras obras –presentadas en 2008- lucen orgullosamente amateur, derrochan vitalidad y una libertad creativa que raramente tuvieron sus colegas mayores. Con el tiempo demostraron ser prolíficos y capaces de superarse a sí mismos.
Rafael Arévalo tuvo un auspicioso debut con Alienados y desde entonces lleva firmados 6 largometrajes, incluyendo Biopic (2012), una divertida sátira sobre la escena del cine independiente local. Fernando Montenegro sorprendió con Encierro (2009) y confirmó su talento con Cada viernes sangre (2011), un inspirado pastiche del cine negro. Su última opus se titula Entonces Ruth (2013) y tiene la osadía de abordar la ciencia ficción sw gran espectáculo. Muy distinta es la propuesta de Eduardo Quispe, autor anclado en lo cotidiano, proclive a las tomas largas, fascinado por el universo de los jóvenes y sus sentimientos. Quispe ha decidido enumerar sus cintas en orden ascendente. Lógicamente empezó con 1 (2008) y lo último que hizo fue 4 (2011). Antes de terminar el 2014, ya debería estar listo 5.
Mientras todo esto sucedía en Lima, la explosión del digital produjo todo un fenómeno en el interior del Perú. El cine regional surgió con una fuerza arrolladora y no tardó en convertirse en una pequeña industria, la única de su clase en el Perú, la única capaz de recuperar su inversión en las boleterías, hazaña facilitada por sus costos paupérrimos. Salvo contadas excepciones, gran parte de esta producción carece de interés artístico y técnicamente son deplorables. Llama la atención la proliferación de películas de terror, donde predominan mitos y leyendas de la sierra y la selva. Allí están las numerosas cintas dedicadas a monstruos folklóricos como los jarjacha y los pishtacos, el tunche y el kharisiri. Algunos críticos han detectado en estos ejercicios de género una sublimación de los traumas arrastrados por la época del terrorismo. Allí está el caso de Sangre inocente (2000), una reconstrucción de la violencia senderista, más cercana al gorefestque a la docuficción. Otros géneros populares que no fueron ajenos a los cineastas regionales son el melodrama -destaca Juanito el huerfanito (2004), de Flaviano Quispe- y las artes marciales, donde sobresale la portentosa y delirante El último guerrero chanka (2011), de Víctor Zarabia.En la otra orilla se encuentra el sugerente cine de Omar Forero, quien desde Trujillo (ciudad al norte del Perú) empezó a labrarse una reputación seria con Los actores (2007) y El ordenador(2012), piezas minimalistas inspiradas en el cine asiático de vanguardia
Hasta que llegamos al 2013, año significativo para el cine peruano. La comedia costumbrista¡Asu Mare! se convirtió en el más grande éxito de taquilla de todos los tiempos y causó revuelo cuando el diario El Comercio la izó como bandera en su campaña contra las subvenciones del estado. El Perú que sueña con el crecimiento económico vio en ella la razón perfecta para reconciliarse con un cine al que había tildado de “chabacano y vulgar”.
Este insospechado blockbuster fue seguido casi inmediatamente por otro hito comercial:Cementerio General, falsamente publicitada como “la primera película peruana de terror”, en un claro ejemplo de la desconexión de la capital con el resto del país. Mientras que muchos celebraban el boom del cine peruano, Chicama, el notable tercer largometraje de Omar Forero,se estrenaba en Lima en 1 sala comercial, con más pena que gloria. Sigo siendo, de Javier Corcuera, y El espacio entre las cosas, de Raúl del Busto, también consiguieron estrenarse, algo remarcable al tratarse el primero de un documental (género casi vetado por los exhibidores) y el segundo un ejercicio de cine experimental. El limpiador, de Adrián Saba, fue la ópera prima más alentadora estrenada en cines en el 2013. La falsa creencia –largamente sostenida en Perú- de que para llegar a hacer una buena película primero necesitas hacer una larga carrera, ya no tiene cabida. No contamos con escuelas de cine, ni con políticas culturales de objetivos claros, pero los últimos 10 años han sido los más excitantes en la historia del cine peruano.
Me parece fantástico como es que el cine peruano está avanzando cada vez más, y está dando buenos resultados en sus películas, espero que nos sigan sorprendiendo con sus películas.
ResponderBorrarEs asombroso ver como vamos creciendo en todo campo, y en el cine crecemos cada vez mas, buen articulo.
ResponderBorrarES MUY INTERENSANTE VER COMO LOS PERUANOS TAMBIEN PODEMOS HACER MUY BUENAS PELICULAS, ESPERO QUE SIGAMOS TENIENDO MUCHOS EXITOS.
ResponderBorrarPD: falta "a los 40"
Es importante reconocer q el cine peruano cada vez esta mejorando y es necesario valorar el esfuerzo de nuestros actores nacionales q hacen todo lo posible por dejar bien a nuestro pais
ResponderBorrarEl buen cine peruano, va para arriba, tenemos excelentes actores, de mucha trayectoria, hay que apoyarlo :D
ResponderBorrarEste es un buen blog ya que da a conocer lo fantástico que es el cine peruano, y debemos de rescatar el gran aporte que da al Perú, por eso cada dia progresa más
ResponderBorrarDebemos sentirnos orgullosos de la producción peruana, muchos de ellos tienen un gran éxito, así como la "Teta Asustada" xd o "Asu Mare", siempre hubo y habrá variedad en el cine peruano.
ResponderBorrarMe parece de muy interesante este blog, el cine peruano está haciéndose más grande puesto que en el cine peruano hay muy buenas películas que seguro aun no hemos visto, pero es hora de enorgullecernos que estamos siendo reconocidos en el extranjero.
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